Buscar en este blog

sábado, 27 de noviembre de 2010

Ladrones (Takers)

En realidad me alegro de haber ido a ver Ladrones. Porque ya tenía ejemplos de cómo una película puede ser estropeada por uno de sus principales elementos. Todos conocemos malos guiones, por supuesto. Luego están las películas con malas actuaciones, o con actores mal seleccionados para un determinado papel. Incluso están las que la banda sonora hace insoportables. Y ahora tenemos Ladrones: un guión muy interesante, actores a la altura, una música razonablemente buena, y una deplorable dirección de fotografía que hace que todo lo demás quede en un segundo plano, si es que no tienes que salir a vomitar, en cuyo caso sencillamente desaparece de tu campo visual.

El movimiento de la cámara al estilo “dogma” (que comparado con esto es prácticamente imagen fija) se ha llevado a extremos excesivos, sin duda con el afán de innovar y de sacarle el mayor partido posible. Pero los excesos se pagan y en Ladrones, que el director haya permitido a su director de fotografía rodar de este modo hace que la película sea de las que uno desea olvidar hasta que hagan un remake con alguien con mejor pulso. Bueno, como digo, no es cuestión de pulso, es que parece que el cámara lleva la cámara no ya en la mano sin dispositivo de “steadycam”, sino directamente colgando del cuello mientras corre junto a los protagonistas de la acción, es atropellado igual que ellos o realiza saltos espectaculares al mismo tiempo. Estuve tentado por fijarme si en los títulos de crédito aparecían dobles especialistas no ya para los actores, sino también para los cámaras. Pero no pude porque me sentía tan mareado que lo que quería era tomar aire fresco.

Como alternativa a las escenas de acción, en los momentos menos “movidos” por parte del guión, el cámara se encarga igualmente de mantenernos en movimiento, para que no decaiga el mareo. El truco: tomas no ya de primer plano sino tan cerca que tuvo que usar lente macro, en las que, claro, cualquier mínimo movimiento se convierte en, de nuevo, una agitación mareante.

Claro que este fin de semana tampoco había muchas alternativas: alguna película infantil y varias películas europeas, de las cuales para más inri más de una era española, dejaban pocas opciones para elegir. Habrá que probar suerte otro día…

Ah, una curiosidad: al menos en la versión doblada al español, han reutilizado dos veces el mismo "efecto" de sonido para la agitación que se produce entre el conjunto de transeuntes cuando comienza un tiroteo: se oye la misma voz femenina gritar "¡se van a matar!".