La expectativa de ver a Maggie Smith en un papel protagonista quizás hacía esperar demasiado. Ella no decepciona, pero uno se queda con la miel en los labios cuando la película termina y no ha acabado de cuajar la historia. En especial descoloca el desdoblamiento del personaje Alan Bennett (cuya versión real escribió la historia y aparece brevemente al final de la película) en dos encarnaciones que hablan entre sí, una representándo al Alan Bennett que vive la historia y la otra al Alan Bennett que la escribe. Idea curiosa que permite evitar tener que el personaje diga en voz alta sus pensamientos, pero que para mi gusto no ha funcionado, y no creo que tampoco funcionaría en otras películas.
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