Interesante relato de los hechos, mantenidos en secreto durante décadas, que llevaron al descifrado del código Enigma utilizado por los Nazis y por tanto a precipitar el final de la segunda guerra mundial y con ello a salvar millones de vidas.
Supone un tardío y póstumo reconocimiento de la contrbución de Alan Turing a dicha hazaña, al tiempo que inventaba nada menos que el ordenador.
Pero esta película es sobre todo un testimonio de cómo la actividad de los científicos, incluso la de los más célebres e influyentes, está condicionada por sus vivencias personales. Y hasta aquí puedo leer.
Una gran actuación de Benedict Cumberlach y una sublime Keira Knightley, una vez más, completan una película bastante redonda.
Por cierto: películas como estas contribuyen mucho más a la causa de la tolerancia y el respeto hacia las personas homosexuales que todas las Conchitas Wursts del mundo. A ver si cunde el ejemplo....
Sólo añadiré que una vez más se han lucido los traductores de títulos, consiguiendo perder el sentido más profundo del mismo. Me pregunto cuándo alguien les dirá a estos individuos que se dediquen a otra cosa.
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