2012 es una de esas películas en las que uno experimenta justo lo que esperaba, una de esas películas que hay que ver en pantalla grande. Emmerich parece haber decidido hacer la película de catástrofes por antonomasia, combinando elementos de prácticamente todos los tipos de calamidades de la naturaleza vistas en el cine, incluidas varias de sus propias películas.
Así tenemos terremotos como en “10.5: Apocalipsis”, volcanes como en “Dante’s Peak” y “Volcano”, hundimientos de tierra como en “The Black Hole”, olas gigantes como en “La Tormenta Perfecta” y “El Día de Mañana” e incluso una secuencia prácticamente especular a la huida de la Tierra relatada en “Cuando los Mundos Chocan”. Además, comparte con otras películas recientes como “Sunshine” que el trasfondo científico de la película sea una anomalía en el Sol, de cuya superficie muestra una imagen de impresionante belleza y realismo en las escenas iniciales.
Hace unos años se resolvió uno de los enigmas más conocidos de la astrofísica, al descubrirse que los neutrinos que necesariamente debe emitir el Sol no se detectaban en la Tierra debido a que por el camino se transmutan en una variedad de los mismos que escapa fácilmente a los detectores. La razón por la que en 2012 la Tierra se recalienta recuerda vagamente a este hallazgo, ya que los científicos de la película explican que los neutrinos del Sol comenzaron a transformarse en otro tipo de partículas capaces de calentar el interior de nuestro planeta. Para tranquilidad de todos, esta premisa es igual de ficticia, por imposible, que el resto de la película.
A pesar de las críticas al respecto, esta película no es un vacío alarde de efectos sin argumento. Tal argumento existe y contribuye decisivamente a dar cohesión a la sucesión vertiginosa de fenómenos espectaculares. Claro que no hay que esperar una historia de profundidades filosóficas. Al fin y al cabo al cine vamos a pasar un buen rato, y en 2012 encontramos todos los ingredientes necesarios para salir satisfechos de habernos decidido por ver esta película.
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