La verdad es que antes de que se diera a conocer esta nueva versión de Furia de Titanes este tipo de películas no había resultado para mí especialmente interesante, y ni siquiera había visto la versión antigua. Lo comento porque esto significa que me acerqué a verla sin ningún condicionamiento previo, sin ninguna expectativa más allá de la que nos transmitió la promoción publicitaria.
Vista de este modo, la experiencia fue positiva y entretenida, con un buen equilibrio de aventura, acción, argumento y efectos visuales. Las actuaciones estaban a la altura y la música acompañó sin desmerecer. Todo ello hace de Furia de Titanes una película que bien merece la pena ir a ver al cine teniendo en cuenta los precios a los que están las entradas, aunque no será la más recordada de la temporada para la mayoría, simplemente una más.
Digo para la mayoría, porque para los que vivimos en Tenerife ver esta película tiene un aliciente especial, el de ver paisajes y recovecos bien conocidos para nosotros convertidos en escenarios naturales para la ciudad Argos, o los alrededores de ámbitos mitológicos como el Monte Olimpo o el reino de Hades. La próxima vez que nos paseemos por las Cañadas del Teide miraremos por el rabillo del ojo por si acecha un escorpión gigante entre las rocas volcánicas…
También hay que hacer una salvedad en el sentido contrario: para los conocedores y puristas de la historia de la mitología griega debe de ser un suplicio el visionado de esta película. No lo digo por conocimiento propio, sino porque sé de alguno que ni siquiera aguantó hasta el final y salió del cine despavorido a mitad de la misma.
En cuanto a coherencia del argumento yo sólo tengo una incógnita, que quizás algún lector pueda despejar: si Io, convertida en una especie de ángel de la guarda de Perseo, era inmortal, ¿por qué muere en el ataque del rey Acrisio, , fichado bajo el nombre de Calibos como aliado por Hades?
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