Ver Divergent ha sido una experiencia única, debido a que la he visto sin haber terminado de leer la novela.
Durante el tramo de la historia cubierto por lo que había leído he estado admirando el impresionante trabajo de adaptación logrado por su director Neil Burger (El ilusionista, Sin Límites), quien ha conseguido reesturcturar el relato de manera magistral para conseguir transmitir lo máximo posible del argumento de la novela. Digo lo máximo posible porque dada la naturaleza de la misma, que depende muy intensamente de lo que la protagonista piensa y siente en su interior sin exteriorizarlo, el reto era muy difícil. Pero creo que ha conseguido destilar todo lo que el lenguaje cinematográfico podría permitirle y para ello ha contado con la inestimable ayuda de la poco conocida Shailene Woodley, que da toda una lección de actuación con sutiles y breves expresiones faciales que lo dicen todo en microsegundos. Es una pena que quienes no hayan leído la novela primero y la tengan fresca no lleguen a apreciar lo increíblemente rica que es su actuación en este sentido, que demuestra que se empapó del personaje como sólo una profesional con años de experiencia sabría hacerlo. Estemos atentos a las películas que ya pronto va a protagonizar, incluidas las tres secuelas de Divergent que cubrirán las dos siguientes novelas de la trilogía de Veronica Roth. Con todo, me preguntaba que sensaciones suscitaría la película en quien no hubiera leído la novela, y la respuesta la pude encontrar muy pronto.
Durante el tramo final, que cubría lo que no había leído aún, pude cerciorarme de que efectivamente, no haber pasado por las páginas de la novela, me dejaba como espectador en desventaja, ya que los eventos se suceden con tanta rapidez que es difícil sacarles el jugo que sé que deben tener. Dejo en el aire la cuestión de si podemos, por tanto y a pesar de lo dicho más arriba, calificar la película como una buena adaptación, cuando sólo pueden apreciarlo quienes previamente han leído el libro.
Dicho esto, y a pesar de parecer que estoy sugiriendo cierta profundidad en el mensaje de la historia, no cabe duda de que Divergent se sitúa en la oleada actual de lo que yo llamaría "distopias light", tras The Host y The Hunger Games. Ésta última franquicia y la deDivergent tienen múltiples paralelos: una sociedad en busca de un manera de mantener la paz y una organización social que, para conseguirlo, segrega a los ciudadanos y de este modo los mantiene subyugados. Quienes no encajan son un peligro.
Tienen en común que no alcanzan la trascendencia que tuvieron las clásicas distopias como 1984, Un Mundo Felíz, Farenheit 451 o incluso Gattaca, y también que las protagonizan personajes femeninos que se rebelan contra el status quo. Quizás consigan de este modo popularizar la distopia como crítica social, lo cual parece que había quedado relegado para una audiencia minoritaria con aquellas películas más abstractas.
En conclusión, mi recomendación es leerse el libro y ver la película teniéndolo aún fresco. Toda una experiencia.
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