Llegó el momento de la verdad. Tras ver y participar en numerosos debates
virtuales sobre la nueva serie Cosmos por fin he tenido la ocasión de ver el
primer capítulo, con el interés añadido de hacerlo acompañado de mis tres
chicos de 11, 13 y 14 años. Yo tenía entre 13 y 14 años cuando se estrenó
Cosmos de Carl Sagan, así que estaba muy interesado en ver el efecto que
produciría en ellos.
He de decir que me he aventurado a expresar ciertas opiniones antes de ver
el primer capítulo. Algunas en base al desafortunado tráiler que llevaba
circulando casi un año y otras por ser independientes de lo que pudiera ver. Éstas
últimas las mantengo, como la de considerar que quien verdaderamente lleva el
testigo de Carl Sagan en la actualidad es Brian Greene. El Cosmos de Carl Sagan
no ha pasado a la historia por ser un buen documental, sino por ser una
revolución en la manera de divulgar, y para compararse con él hay que estar en
condiciones de ofrecer otra revolución, con los medios y las tecnologías
actuales. Un documental de televisión, por muy bien hecho que esté, jamás será
tal revolución en el año 2014. La última propuesta de Brian Greene, www.worldscienceu.com puede que llegue
a serlo.
Al mismo tiempo he de reconocer que me alegro mucho de haberme equivocado
en las primeras, ya que los presagios del tráiler no se cumplieron. No me
pareció, por ejemplo, que Neil de Grasse Tyson fuera de divo y protagonista, ni
que pretendiera presentarse como el nuevo Carl Sagan. Tampoco me molestaron
tanto los tan criticados dibujos animados, ni me decepcionó la música de Alan
Silvestri. Me pareció, eso sí, un poco cargado de información, con un guión
quizás demasiado denso. Pero la prueba de fuego de mis chicos la superó con
creces: se han quedado con las ganas de más. El capítulo se les hizo corto y
quieren ver los siguientes a toda costa. Y eso que el mayor empezó leyendo un
cómic mientras lo veíamos, porque no tenía especial interés por seguirlo, pero
tardó poco en levantar la vista para no apartarla ya de la pantalla. Pero el
mayor mérito del nuevo Cosmos ha sido suscitar en ellos miles de preguntas, que
no paraban de expresar mientras veíamos el capítulo. No eran preguntas de
quienes no entendían lo que veían, sino todo lo contrario: preguntas de quienes
estaban siguiendo el documental y descubrían nuevos horizontes. Ese es
realmente el ideal de todo divulgador y los creadores del nuevo Cosmos parecen
estar en buen camino.
Cierto es que la mayoría de las opiniones adversas que se han vertido
provienen de quienes como yo consideran el Cosmos de Carl Sagan como algo
intocable por lo que significó en sus vidas, y tenían un listón muy alto para
una serie que se nos presentó como heredera de aquella. Creo que no era
necesario arrimarse tanto al Cosmos original, ya que esa ha sido la causa de
tantas expectativas decepcionadas y tantas críticas que se podrían haber
evitado. Nos habrían permitido verlo con los ojos con los que logró verlo
Verónica Casanova (http://www.astrofisicayfisica.com/2014/03/cosmos-mi-opinion-sobre-el-primer.html).
Un título totalmente distinto y un carácter más propio nos habrían ahorrado tanto
debate, sin que por ello hubieran tenido que renunciar a homenajear a Carl
Sagan con la entrañable historia de la visita que le hizo un jóven Neil de
Grasse Tyson y el repaso a sus logros científicos.
En definitva, un buen sabor de boca.
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