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sábado, 11 de junio de 2011

Piratas del Caribe - En Mareas Misteriosas

En cosas de cine, el público (y Jerry Bruckheimer) siempre tiene razón. Esto es así por definición: quien hace cine lo hace para atraer al público. Y por eso, a pesar de opiniones “eruditas” de críticos y otros supuestos expertos, la cuarta entrega de Piratas del Caribe está haciendo taquilla.


Es verdad que es distinta a las anteriores. ¿Qué querían, un calco? Sin embargo no desdice de la acción y de la aventura que uno espera de ella. Toda la película, desde el principio hasta el final, es una alternancia de escenas de acción con otras que relatan la historia que hilvana la aventura en que está metido esta vez Jack Sparrow – perdón el capitán Jack Sparrow.


Los diálogos vuelven a ser mordaces, y la genialidad de los comentarios de Sparrow no dejan de arrancar la sonrisa del espectador, en ocasiones incluso alguna carcajada.


Se ha criticado mucho a Penélope Cruz, alegando que no hay química entre ella y Johnny Depp. Me pregunto si quien dice esto realmente ha visto la película o se basa sólo en los trailers. Naturalmente que no hay química entre ellos: sus personajes no mantienen precisamente una relación romántica, ni si quiera amistosa. Sin embargo, Penélope Cruz, de la que no soy especialmente aficionado, interpreta estupendamente su papel, contribuyendo a un elenco de personajes bien logrados y a una historia magníficamente relatada por Bob Marshall.


La música de Hans Zimmer es también un personaje más en la película, y un personaje de peso. Es imposible ya imaginar esta saga sin el famoso tema musical que la acompaña en todo momento, magistralmente variado y ampliado por su autor, de modo que, sin cansar, está presente a lo largo de toda la cinta dándole ese toque de aventura épica que la caracteriza. Vaticino que la música de Piratas del Caribe va a pasar a los anales de las bandas sonoras alcanzando a legendarias melodías como la de Star Wars.


Una nota sobre el 3D. Hoy he vuelto a darle una oportunidad, para reafirmarme que bajo ningún punto de vista merece la pena el desembolso adicional para ver una película en 3D. Aparte de dos o tres efectos que seguramente se introducen para justificar la producción con esta tecnología, la sensación de profundidad no añade apenas nada sobre la perspectiva que nuestro cerebro interpreta de todos modos al ver una película en 2D.

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