Películas como ésta son la razón por la que uno sigue disfrutando del cine. Uno va sin grandes expectativas, y se encuentra con una joya que roza la perfección en todos sus aspectos, desde la dirección hasta la ambientación, pasando por la selección de actores, su actuación, la música, la cinematografía y, sobre todo el guión.
Basada en hechos reales, es una sencilla historia sobre la cooperación, el respeto y la superación de obstáculos que sin embargo no cae en una escenificación maniquea de buenos y malos, sino que retrata la vida misma, en la que se mezclan intereses más o menos honorables o confesables, ideales, la preocupación por dar buena imágen y la influencia de la opinión pública en el destino y las acciones en las personas.
Me temo que es una película que pasará desapercibida en las carteleras, pero para quien la vea no será sólo una película más...
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