Buscar en este blog

sábado, 26 de junio de 2010

The Blind Side

Si es cierto que Sandra Bullock puede permitirse el lujo de ser muy selectiva con las películas que hace, ésta es buena prueba de ello.

The Blind side no es una más de esas películas “basada en hechos reales” con moralina y final feliz. Es toda una lección de humanidad, precisamente sin la repelente pretensión de aleccionar. Es verdad que la protagonista lleva a cabo una buena acción de la que muchos podrían tomar ejemplo, pero es igual de importante en el argumento la “purga” de sus intenciones al hacerlo a lo largo de la película: ella misma duda de la rectitud de sus intenciones, como lo hacen las personas a su alrededor. No sólo ante éstas, sino sobre todo ante sí misma, ha de demostrar que la ayuda que presta al joven chico al que acoge en su casa no está cargada de paternalismo y autocomplacencia. Y es esto lo que hace que esta película sea tan especial, y la espectacular actuación de Sandra Bullock merecedora de un Oscar.

Cinematográficamente es imprescindible destacar el uso de las caras de los personajes para expresar sus sentimientos y estados de ánimo sin mediar palabra. Y digo caras y no las expresiones faciales, ya que es admirable cómo sin apenas hacer muecas ni grandes gestos (como haría por ejemplo Jim Carrey), en cada momento unas excelentes tomas de las caras en primer plano situadas estratégicamente son las encargadas de transmitir las sensaciones de la historia con un realismo estremecedor.

Es éste un realismo que demuestra cómo una vez más, para ser verosímil no es necesario recurrir a la fácil solución de los cineastas vacíos de ideas que consiste en mostrar imágenes y secuencias cada cual más cruda o salvaje, en una escalada de violencia cutre y desgarradora (me vienen a la cabeza pasillos mugrientos con personas drogadas recorridos cámara al hombro). Se puede usar lenguaje cinematográfico del bueno para contar de modo verosímil y fiel a la realidad y The Blind Side es un excelente ejemplo.

No en vano las personas reales en cuyas vidas está basada la historia no sólo han aprobado la versión cinematográfica sino que se han prestado para un extenso pase de fotografías al final de la película.

Por cierto: sí, aunque no lo crean, también los republicanos pueden ser buenos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario